jueves, 25 de noviembre de 2010

La actitud del cristiano ante las situaciones difíciles (Santiago 1.2-11)

Enseñanza central: Los cristianos debemos tener una actitud positiva ante las situaciones difíciles que se nos presentan.

Objetivos

Al finalizar este estudio, el alumno estará en capacidad de:


 Explicar la relación entre las situaciones difíciles (pruebas) y la actitud positiva que asume el cristiano ante ellas.
 Escribir un argumento de cómo las pruebas pueden ayudar a desarrollar el carácter del cristiano, de acuerdo con la actitud que se asuma ante ellas.
 Redactar dos principios de conducta cristiana que se derivan de Santiago 1:2-11.
 Sugerir dos maneras específicas cómo se pueden aplicar a su vida los principios derivados de Santiago 1:2-11.
 Evaluar, a la luz de Santiago 1:2-11, la manera como ha enfrentado las situaciones difíciles (pruebas) por las que ha pasado en su vida cristiana.


Un resumen del análisis de Santiago 1:2-11

Este texto habla de la actitud que debe asumir el creyente frente a las situaciones difíciles que se le presentan. Debe asumir una actitud positiva. Debe mantener buen ánimo, porque las prue-bas son un medio para fortalecer la fe y una contribución en el proceso de madurez cristiana. El cristiano debe buscar la sabiduría de Dios para tomar las decisiones correctas frente a las situaciones difíciles que confronta. Dios le da sabiduría a quienes se la piden, pero él exige fe de parte de los que le siguen. Para ilustrar su exhortación al que duda, Santiago usa las figuras de la movilidad de las olas del mar y la inestabilidad de la persona indecisa e inconstante en todo lo que hace. Santiago enseña que el cristiano debe afrontar las pruebas con una actitud positiva, mediante la cual muestra su aceptación de lo que Dios ha hecho con él. En la iglesia hay quienes tienen solvencia económica y hay también los que no tienen solvencia económica, pero ambos deben tomar el mismo sendero: aceptar lo que Dios ha hecho en sus vidas.

Sugerencias para la reflexión en el encuentro con los alumnos

Las siguientes son algunas sugerencias para desarrollar el encuentro de reflexión sobre Santiago 1:2-11. (Se estima que 1 hora y media o 1 hora y 45 minutos es suficiente para el encuentro. Las sugerencias de tiempo para cada actividad pueden variar, según las necesidades del grupo; pero se debe administrar bien el tiempo en el encuentro. No importa si es necesario dedicar dos encuentros para desarrollar este estudio, pero sí es importante lograr los objetivos.)

1. Prepárese para el encuentro con los participantes. Al hacer su análisis del texto tome en cuenta la guía para el alumno, de modo que usted realice el mismo trabajo que él. Revise el material de análisis y comentarios del texto que se presenta es este estudio. Esta información no es para que la repita a sus alumnos, sino para ampliar su conocimiento del texto, a fin de que pueda responder preguntas o hacer comentarios a los alumnos, cuando fuere necesario.
2. Dé la bienvenida a los presentes. Pida que dos de ellos hagan oración. Haga usted también una oración para que el Señor los dirija en este estudio. (8 minutos)
3. Pida que los alumnos compartan algo de su experiencia con la aplicación de los principios aprendidos en el estudio anterior referentes a la Carta de Santiago. ¿Dónde había éxito, dónde hay que trabajar más? Comparta usted también su experiencia al respecto. (10 minutos)
4. Pida que un alumno lea Santiago 1:2-11. Haga las preguntes: ¿Cuál es el tema de este texto? ¿A qué se refería Santiago con la palabra prueba? ¿Cuál es la actitud que el cristiano debe asumir ante las dificultades que se le presentan? ¿Cuál es la actitud que por lo general asume usted ante las pruebas o dificultades de la vida? (10 minutos)
5. Presente brevemente unos comentarios acerca del texto, su estructura y su contenido. Dialo-gue un poco con los alumnos acerca del texto. (10 minutos)
6. Sobre la base de las divisiones del texto en tres partes, divida a los alumnos en tres subgrupos A, B y C, para que analicen el texto. El grupo A, los vv. 2-4; el grupo B, los vv. 5-8, y el grupo C, los vv. 9-11. Pídales que respondan las preguntas: ¿Cuál es la enseñanza de todo el texto y qué dice de ella en este breve párrafo? ¿Cómo desarrolla el autor esta enseñanza? (15 minu-tos)
7. Reúna los grupos para que compartan sus conclusiones. Comparta usted también sus con-clusiones del estudio que ha hecho sobre todo el texto de Santiago 1:2-11. (10 minutos)
8. Haga las preguntas: ¿Cuáles son algunas “pruebas” que pudieran presentarse hoy? ¿Qué barreras pudieran impedir nuestro acercamiento a Dios con confianza? (7 minutos)
9. Pida que los alumnos respondan la pregunta: ¿Cuáles son algunos principios que se derivan de Santiago 1:2-11? Pida que cada uno redacte lo que considera que es un principio del texto. Pídales que compartan lo que escribieron, a fin de que lleguen a un consenso sobre los que en verdad son los principios del texto. (15 minutos)
10. ¿Cómo se puede aplicar el mensaje de este texto a nuestra experiencia cristiana hoy? Pida que los alumnos escriban aplicaciones para los principios derivados del texto. Reflexionen juntos sobre lo que escribieron, a fin de seleccionar aquellas que en verdad son aplicaciones a los principios del texto. (15 minutos)
11. Termine la reunión con un tiempo de oración unos por otros. Anime a los presentes para que pongan en práctica los principios que han aprendido hoy y reflexionen sobre el texto para el próximo estudio. (10 minutos)

Análisis y comentarios de Santiago 1:2-11

A modo de un sermón pastoral, Santiago exhorta a los creyentes para que asuman las actitudes correctas ante las situaciones difíciles que se les presentan y vivan conforme a los principios de la ética cristiana. En la primera sección de la carta (1:2-27), Santiago exhorta a sus destinatarios acerca de las actitudes correctas que debían asumir frente a las diversas pruebas. En términos generales, todo el capítulo uno habla de la actitud del cristiano frente a las exigencias de la Palabra de Dios en medio de circunstancias difíciles. Los vv. 2-11 tratan de la actitud del cristiano ante las diversas pruebas. Específicamente, hablan de la actitud positiva que el cristia-no debe asumir ante las situaciones difíciles que se le presenten.
Los vv. 2-4 enseñan que el cristiano debe mantener gozo (buen ánimo) aún en medio de las situaciones difíciles porque éstas son un medio para fortalecer la fe (vv. 2, 3) y porque son una contribución a la madurez cristiana (v. 4). Los vv. 5-8 indica que el cristiano debe buscar la sabiduría de Dios para tomar las decisiones correctas frente a las situaciones difíciles que confronta. Dios le da sabiduría a quienes se la piden, pero él exige fe de parte de los que le siguen. Por eso dice que el cristiano pida con fe, sin dudar. Para ilustrar su exhortación, Santiago usa las figuras de la movilidad de las olas del mar y la inestabilidad de la persona indecisa e in-constante en todo lo que hace. Finalmente, los vv. 9-11 hacen hincapié en que el cristiano debe afrontar las pruebas con una actitud de humildad, mediante la cual muestra su aceptación de lo que Dios ha hecho con él. En la iglesia hay ricos y pobres, pero ambos deben tomar el mismo sendero: aceptar lo que Dios ha hecho en sus vidas.

¿Cuál es el contexto de Santiago 1:2-11?

El texto de la primera sección de la carta de Santiago, puede dividirse en tres partes: 1) Se debe asumir una actitud positiva ante las pruebas (1:2-11). 2) Es necesario tener claridad respecto al origen de las tentaciones para resistirlas con éxito (1:12-18). 3) A través del comportamiento diario, debe ser evidente la obediencia a la Palabra de Dios aún en situaciones difíciles (1:19-27).

¿Cómo está estructurado el texto de Santiago 1:2-11?

Las versiones NVI y la RVA dividen el texto en dos breves párrafos (vv. 2-8 y 9-11), pero la DHH, la RVR95 y la BJ lo dividen en tres (vv. 2-4, 5-8 y 9-11). En este caso, parece mejor usar la división que presenta el texto en tres breves párrafos, porque estructura mejor el contenido. Se ve que los vv. 2-4 hablan acerca de pruebas y lo que ellas pueden producir en el cristiano, mientras que los vv. 5-8 hablan acerca de la sabiduría y la fe necesarias para enfrentar las pruebas. Es bastante claro que los vv. 9-11 presentan otro asunto relacionado con las pruebas, pero ahora se refiere a los seres humanos de condición humilde y los ricos, los cuales habían tenido ciertos cambios y ambos debían dar la gloria a Dios. Ya que hay tres breves párrafos, cada uno de ellos debe tener una afirmación alrededor de la cual giran todas las demás de cada párrafo. Sin embargo, se nota que la afirmación del v. 2a se presenta también en el v. 9 y de manera indirecta en el v. 5. Bien puede decirse, entonces, que la afirmación principal del párrafo es la que se presenta en el v. 2a: Debían asumir una actitud positiva ante las pruebas.

A fin de avanzar en el estudio, es importante identificar las afirmaciones del texto. Estas son las afirmaciones de Santiago 1:2-11.

1. Los cristianos debían asumir una actitud positiva ante las diversas dificultades que se les presentaban (v. 2).
2. La actitud correcta ante las dificultades les daría más fuerza (v. 3)
3. La fortaleza ante las dificultades los conduciría a la madurez cristiana (v. 4ab)

4. Debían pedirle a Dios la sabiduría para enfrentar las dificultades (v. 5a)
5. Dios era generoso con todos los que le hacían peticiones, sin distinción alguna (v. 5b)
6. Debían acercarse a Dios con plena seguridad (v. 6a)
7. Si una persona no creía en Dios no debería esperar nada de él (v. 7).
8. Si una persona dudaba de su fe en Dios era inconstante e indeciso y no podía avanzar (v. 8).

9. La persona de bajos recursos debía sentirse orgullosa de lo que Dios había hecho con ella (v. 9).
10. La persona que tenía bienes materiales también debía sentirse orgullosa de lo que Dios había hecho con ella (v. 10a).
11. Los bienes materiales eran pasajeros (v. 10b).
12. De la misma manera como pasaba la belleza de una flor, pasarían también los ricos y sus bienes materiales en este mundo (son pasajeros) (v. 11abc).

Ya que hay tres breves párrafos, es necesario redactar una declaración que resuma las tres afir-maciones específicas que se presentan en cada uno de ellos. Puede ser algo como lo siguiente: Los destinatarios de Santiago debían tener una actitud correcta ante las situaciones difíciles que se les presentaban.

Ahora pueden reunirse todas las afirmaciones en el siguiente bosquejo del texto:

Los destinatarios de Santiago debían tener una actitud correcta ante las situaciones difíciles.

1. Debían mantener gozo aún en medio de las pruebas (vv. 3-4)
1.1. La actitud correcta ante las dificultades les daría más fuerza (v. 3)
1.1. La fortaleza ante las dificultades los conduciría a la madurez cristiana (v. 4)

2. Debían buscar la sabiduría de Dios para tomar las decisiones correctas ante las pruebas (5-8).
2.1. Dios era generoso con todos los que le piden, sin distinción alguna (v. 5b)
2.2. Debían acercarse a Dios con plena seguridad (v. 6a)
2.2.1. Si una persona no creía en Dios no debería esperar nada de él (v. 7)
2.2.2. Si una persona dudaba de su fe en Dios era inconstante e indeciso y no podía avanzar (v. 8).

3. Debían aceptar lo que Dios había hecho con ellos (9-11)
3.1. En Jesucristo todos eran iguales.
3.1.1. La persona de bajos recursos debía sentirse orgullosa de su alta dignidad (v. 9)
3.2.3. La persona que tenía bienes materiales también debía sentirse orgullosa de lo que Dios había hecho (v. 10a)
3.2. Los bienes materiales no hacían a una persona diferente a las demás.
3.2.1. Los bienes materiales eran pasajeros (v. 10b)
3.2.2. De la misma manera como pasa la belleza de una flor, pasarían también los ricos y sus bienes materiales en este mundo (son pasajeros) (v. 11abc)

¿Cuáles asuntos se presentan en Santiago 1:2-11?

El punto central de este texto es que los cristianos debían tener una actitud correcta ante las situaciones difíciles que confrontaban. Esta actitud incluía mantener el gozo a pesar de las situaciones difíciles, reconocer con humildad que necesitaban la sabiduría de Dios para seguir adelante y aceptar lo que Dios hacía en sus vidas. Entonces, puede decirse que hay tres asuntos relacionados que se presentan en el texto:

1. La actitud positiva que debían asumir los cristianos ante las pruebas sería una contribución a su fortaleza y madurez cristiana. Por lo tanto, los cristianos debían mantener el gozo (buen ánimo) a pesar de las situaciones difíciles por las que estaban pasando, porque Dios las usaría para bien de ellos.

2. Los cristianos debían reconocer que necesitaban la sabiduría de Dios para seguir adelante en medio de las situaciones difíciles que se les presentaban. En otras palabras, debían buscar la sabiduría de Dios para tomar las decisiones correctas ante las situaciones difíciles que confrontaban.

3. Los cristianos debían aceptar que Dios había hecho un cambio en ellos y estaba presente en sus vidas, tanto en los que tenían posesiones terrenales como en los que no las tenían. Dios los había tratado a todos de la misma manera. Por lo tanto, debían aceptar con orgullo lo que Dios había hecho y seguía haciendo con ellos en el proceso de la madurez cristia-na.

¿Cómo se desarrollan estos conceptos a través de Santiago 1:2-11?

Ya se ha dicho que el texto de Santiago 1:2-11 puede dividirse en tres breves párrafos, aunque en conjunto habla de la actitud que debían tener los cristianos ante las diversas pruebas que confrontaban. Con bastante claridad, se observa que los vv. 2-4 hablan de lo que las pruebas pueden producir en el cristiano, si se asume la actitud correcta ente ella; los vv. 5-8 hablan de la sabiduría y la fe necesarias para enfrentar con éxito las pruebas; y los vv. 9-11 se refiere a los seres humanos de condición humilde y los ricos, los cuales habían tenido ciertos cambios. Ante tales pruebas, debían sentirse orgullosos y dar la gloria a Dios.

La propuesta de Santiago en los vv. 2-4 es que los cristianos debían mantener buen ánimo en medio de las pruebas. Evidentemente, los cristianos a quienes Santiago escribe estaban pasando por una diversidad de circunstancias difíciles, y seguramente éstas seguirían apareciendo en su peregrinaje cristiano. Por eso, el texto habla de esas ocasiones cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, y les dice que deben considerarse dichosos. Santiago sabía bien que las pruebas y las aflicciones eran inevitables en la vida de los cristianos. También sabía que si los creyentes no asumían la actitud correcta frente a éstas, su vida se llenaría de amarguras y resentimientos. Por eso, exhortó a sus lectores que ante las diversas pruebas debía predominar una actitud positiva, y les dijo: considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas. Ellos podían tener esa perspectiva frente a las dificultades, porque éstas les traerían beneficios. Entonces, Santiago enseña que las prue-bas son un medio para fortalecer la fe (vv. 2, 3) y una contribución para la madurez cristiana, que es la meta de todo creyente (v. 4).
Los vv. 2 y 3, presentan la propuesta del texto mediante la cual Santiago exhorta a los cristia-nos para que asuman una actitud positiva ante las pruebas. Con mucha naturalidad, pero con sorprendente audacia, Santiago presenta la siguiente exhortación: Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas. A primera vista la exhortación parece un absurdo y el no cristiano pudiera calificarla como una simple muestra de hipocresía, que esconde detrás de una sonrisa una vida miserable llena de amarguras. Pero no es así, el cristiano y la cristiana (¡nuevas personas!) tienen una manera diferente de ver y enfrentar la vida. No quiere decir esto que los cristianos están buscando ni fabricando pruebas para demostrar el gozo de la vida cristiana. No, absolutamente no. Lo que Santiago dice es que también en medio de las pruebas, sin importar de donde vengan y cuán fuertes sean, el gozo del cristiano permanece porque él tiene esperanza. El texto no dice que el cristiano se goza por causa de las pruebas, sino en medio de ellas (cuando tengan que en-frentarse con diversas pruebas). Dicho de otro modo, las pruebas no le quitan la vida abundante que Cristo le dio.

Santiago argumenta su exhortación con dos razones. En el v. 3 presenta la primera razón: pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. ¿Las pruebas fortalecen la fe o la debili-tan? Santiago dice que las pruebas fortalecen la fe. Esto es así, porque el cristiano no tiene una vida incierta, sino que sabe en quien está fundamentada su fe, sabe lo que tiene y lo que espera en el Señor. Aunque aparentemente las pruebas debilitan a una persona, el cristiano sabe que lo fortalecen. La traducción de DHH presenta muy bien el sentido del texto: Pues ya saben que cuando su fe es puesta a prueba, ustedes aprenden a soportar con fortaleza el sufrimiento. Cuando el cristiano es acosado por una situación adversa, tiene la oportunidad de evidenciar que su vida está fundamentada en la roca firme que es Cristo. Así que, las pruebas resultan en bendición, porque pueden producir buenos resultados: producen fortaleza, perseverancia.

Según el v. 4, hay otra razón que Santiago presenta para sustentar su exhortación: Las pruebas ayudan a desarrollar la vida cristiana. El argumento de Santiago sigue este orden: todo creyente desea la madurez, la madurez viene como consecuencia de la perseverancia y la perseverancia se cultiva en medio de las situaciones difíciles (pruebas), las cuales finalmente lo ayudan a desarrollar y fortalecer su vida cristiana. ¡Ante las dificultades, el cristiano actúa y sale fortalecido! El texto hace hincapié en que la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada. La constancia tiene su fruto, pero la actitud del cristiano no es de mera resistencia pasiva y silenciosa, sino de acción que logra una meta: salir fortalecido.

El texto habla de llevar a feliz término la obra, pero no explica en qué consiste ésta. Sencilla-mente se limita a decir: Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfec-tos e íntegros, sin que les falte nada. Por el contexto inmediato posterior se puede concluir que esta obra se relaciona con la madurez cristiana, pues de inmediato habla del propósito o resul-tado, para que seáis completos y cabales... Ambos términos (perfectos y cabales) tienen que ver con los conceptos de madurez y desarrollo en la vida. Hablan de un creyente que sabe cómo enfrentar cada situación en la vida y a quien no le falta el gozo por saber que Dios está presente, aunque todo parezca estar en su contra.

Otro asunto que el texto plantea se refiere a la necesidad de buscar la sabiduría de Dios para enfrentar correctamente las pruebas. Este planteamiento se ve básicamente en los vv. 5-8. Es cierto que el v. 4 habla de la madurez plena, sin que les falte nada (DHH). Sin embargo, Santiago entiende y es consciente que en ocasiones puede faltarnos la sabiduría para enfrentar con sensatez las pruebas. Por eso, no vacila en aconsejar: Si a alguno de ustedes le falta sabi-duría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie. Ante las situaciones difíciles, siempre hay salida: buscar la ayuda de Dios. Pero deben tenerse presentes por lo menos dos cosas: 1) Que es necesario pedir la sabiduría de Dios quien generosamente la da a quienes la piden (v. 5), y 2) que es necesario creer sin vacilación en lo que Dios puede hacer (vv. 6-8).

El v. 5 ofrece la respuesta de Dios ante las dificultades: Si le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará. Es cierto que cuando un cristiano se ve envuelto en diversas pruebas, por lo general llegan también muchas interrogantes. Ya que no ve ningún propósito bueno en las pruebas, se pregunta: ¿Por qué? ¿Por qué a mí? Estas son preguntas legítimas, pero no necesariamente correctas. Con la expresión: si alguno de ustedes le falta sabiduría... Santiago sugiere otro tipo de preguntas: ¿Cómo puedo manejar esta situación? ¿Cuál es la decisión que debo tomar? ¿Cuál es la actitud que debo asumir en esta situación? Un asunto es claro: si necesitamos sa-biduría para saber cómo actuar frente a las pruebas, sabemos dónde encontrarla: en Dios.

Los vv. 6-8 plantean otro asunto relacionado con la exhortación a pedir la sabiduría de Dios. Ahora Santiago pone de relieve una de las grandes virtudes cristianas en medio de las situacio-nes difíciles. Así que, incluye el concepto de la fe como una condición necesaria para recibir lo que pedimos. El punto central del texto es este: Pero que pida con fe, sin dudar (v. 6a). Para ilustrar su exhortación hace hincapié en la segunda parte, sin dudar, mediante dos figuras: la movilidad de las olas del mar (vv. 6b, 7) y la inestabilidad de la conducta del hombre indeciso e inconstante en todo lo que hace (v. 8).

La persona que duda -dice Santiago- es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento (v. 6b). Esta comparación destaca la inestabilidad y la fragilidad del cristiano que duda al hacer su oración, al pedir la sabiduría de Dios para enfrentar correctamente las difi-cultades. Dudar de lo que Dios nos ofrece es exponernos a una vida sin sentido, sin propósito, gobernada sólo por las circunstancias. La vida del creyente tiene un rumbo claro y marcha con la seguridad de que el Señor está presente y dará la salida victoriosa a toda prueba, por cuanto ésta cumplió su objetivo. Orar y a la vez dudar, no tiene sentido, por cuanto no conduce a ninguna parte y no deja más dividendos que la frustración. El punto de Santiago no es hacer oración para salir de las pruebas, sino para enfrentarlas con sabiduría y mantenerse firmes y gozosos en medio de ellas.

En segundo lugar, Santiago califica al que duda de sus peticiones como una persona indecisa e inconstante en todo lo que hace. Esta expresión describe a la persona que pone su mente en dos cosas a la vez, de modo que no está seguro de su fe; no está seguro que Dios puede ayudarlo para enfrentar con éxito las pruebas de la vida. Tal persona, dice Santiago, es inestable en todos sus caminos (La Biblia de las Américas). Es inestable en su pensamiento y en su conducta. No se puede esperar nada de tal individuo; en realidad, no sabe lo que quiere. Más adelante Santiago habla de la fe, la convicción, como actitud correcta al hacer oración (5:15), y recuerda a Elías quien esperó pacientemente y recibió respuesta a sus oraciones (5:17, 18).

Los vv. 9-11 presentan otro asunto referente a la actitud correcta que el cristiano debe asumir ante las pruebas. Ahora dice que el cristiano debe afrontar las pruebas con actitud humilde ante lo que Dios ha hecho con él. Se plantea en el texto una situación de contraste entre el hermano de humilde condición y el rico. De una manera un poco sarcástica, el humilde es exal-tado y el rico es humillado; pero en realidad, los dos están al mismo nivel de responsabilidad ante Dios. En esencia, Santiago presenta dos asuntos en estos versículos. 1) En Jesucristo no hay posiciones de superioridad o inferioridad, sino que todos son iguales (vv. 9, 10a), y 2) las posesiones materiales son pasajeras y por lo tanto, no hacen a una persona diferente a otra.

Los vv. 9 y 10a, indican que en Jesucristo no hay posiciones de superioridad o inferioridad. ¡El evangelio es el gran igualador de los seres humanos! Por eso, tanto el creyente pobre como el rico deben asumir una actitud de humildad frente a las pruebas. El texto habla de pobres y ricos en la iglesia, pero no especifica nada con respecto a las pruebas que en este sentido sufrían. Se limita a decir que el hermano de condición humilde debe sentirse orgulloso de su alta dignidad y el rico, de su humilde condición. Aparentemente, las pruebas de los pobres se evidenciaban en la falta de recursos para satisfacer las necesidades básicas y las de los ricos en la pérdida de posesiones. El texto no explica en qué sentido el creyente de escasos recursos debe sentirse orgulloso de su exaltación. Una cosa es cierta, su condición humilde lo hace más consciente de la necesidad de depender de Dios. Pero ¿cómo puede el hermano rico sentir orgullo de su humillación? La respuesta de Santiago es que ante Dios, el ser humano vale por lo que es y no por lo que tiene.

Los vv. 10b y 11 indican, mediante un lenguaje figurado, que las posesiones materiales son pasajeras y, por lo tanto, no hacen a una persona diferente de otra. El texto muestra la fragilidad de las riquezas, lo pasajero de los bienes materiales, y sugiere cultivar la humildad que es una de las más hermosas virtudes cristianas. La expresión figurada: El rico pasará como la flor del campo (v. 10), advierte que confiar en las riquezas es inútil. Más adelante Santiago habla nuevamente de la fragilidad de las riquezas (4:13-17).

¿Cuáles son los principios que se derivan de Santiago 1:2-11?

1. Los cristianos debemos mantener una actitud positiva ante las situaciones difíciles que se nos presenten. El gozo del cristiano ante las pruebas, depende de la actitud que asuma frente a ellas. Cuando enfrenta las pruebas con la convicción de que éstas pueden ser una manera de fortalecer la fe, entonces su actitud es de gozo, confianza y seguridad. Así que, no importa cuán difícil sea la situación que enfrente el creyente, la seguridad de su fe, que inclu-ye la presencia del Señor, lo saca de ella fortalecido.

2. Los cristianos debemos buscar la sabiduría de Dios para tomar las decisiones correc-tas ante las situaciones difíciles que confrontamos. Es nuestro privilegio y nuestra respon-sabilidad acercarnos a Dios para encontrar su respuesta ante las situaciones difíciles que con-frontamos en el peregrinaje cristiano. El da sabiduría a quienes se la piden para que enfrenten las pruebas con sensatez. Cuando nos vemos envueltos en dificultades, por lo general nos planteamos muchas interrogantes: ¿Por qué? ¿Por qué a mí? Estas son preguntas legítimas, pero no necesariamente correctas. Santiago sugiere otro tipo de preguntas: ¿Cómo puedo manejar esta situación? ¿Cuál es la decisión que debo tomar? ¿Cuál es la actitud que debo asumir en esta situación? Un asunto sí es claro: si necesitamos sabiduría para saber cómo actuar frente a las dificultades, sabemos dónde encontrarla.

3. Los cristianos debemos aceptar con humildad lo que Dios ha hecho y sigue haciendo en el proceso de la madurez de nuestra vida. En la iglesia hay los que tienen pocos recursos y los que tienen solvencia económica; pero ambos deben asumir una actitud de humildad ante Dios, porque las cosas materiales son pasajeras. Parece que algunos cristianos a los cuales Santiago escribe estaban sufriendo pérdidas económicas, mientras que otros sufrían la opresión de quienes tenían posesiones materiales. Ante esta realidad, Santiago no vacila en afirmar que las pruebas dejan buenos resultados al cristiano. En este caso, las prueban capacitaban a los que habían sufrido pérdidas económicas para enfrentar la situación sin depresión y a los que estaban bajo opresión, para enfrentarla sin represalia.

¿Cómo pueden aplicarse los principios de Santiago 1:2-11?

1. Todos en algún momento pasamos por momentos difíciles. Ante esas situaciones difíciles que confrontamos, con cierta frecuencia no sabemos que hacer. A veces pensamos que Dios nos abandonó, pero eso no es cierto. Frecuentemente tenemos actitudes negativas precisamente porque no vemos más allá de lo negativo. Cuando usted se vea envuelto en una situación que parece no tener salida, reflexione sobre su vida. ¿Ha tenido algunas situaciones difíciles? Si usted salió de esas dificultades, ¿por qué piensa que para esta no hay salida? Si Dios lo ha ayudado en el pasado, sin duda lo hará también en el presente. Haga una lista de todas esas situaciones en las que ha tenido victoria en su vida. Dé gracias a Dios por ellas.

Una señora, para echarle en cara a una cristiana su “demasiada tolerancia” ante determinadas situaciones difíciles, le dijo: “Tú hasta al diablo le encuentras cosas buenas”. A lo que la cristiana le respondió: “Sí, de él puedo aprender la paciencia y la persistencia”. Aun ante las cosas malas que ocurren puede haber cosas buenas. Recuerde que las pruebas ayudan a fortalecer el carácter cristiano. ¡Siempre hay algo bueno! Era muy malo que esos muchachos vendieran a su hermano; pero al final fue la salvación de ellos mismos. Una pareja se hace ciega y sorda porque presta atención a las cosas malas que ocurren en el matrimonio y no ve todas las cosas buenas que tiene. Pensar en lo bueno no resuelve todo, pero aligera la carga y abre ventanas que alumbran las partes oscuras.

2. Por lo general, cuando confrontamos una dificultad nos creemos todo suficiente y nos nega-mos a buscar ayuda. En muchas ocasiones, cuando ya parece que no hay esperanza y tal vez con poco entusiasmo, buscamos ayuda. Ante las dificultades, Dios puede ayudarnos de diferentes maneras. A veces lo hace de manera sobrenatural, pero por lo general lo hace de un modo natural a través de otras personas. Ante una situación muy difícil, Pablo le preguntó al Señor lo que quería que hiciera y el Señor lo mando a buscar la respuesta a la casa de una personas aparentemente muy insignificante. A veces tenemos muy cerca de las personas que pueden ayudarnos; sólo falta que nos acerquemos a ellas. Al acercarnos a Dios él nos guiará al lugar apropiado para conseguirla ayuda que necesitamos.

3. No siempre lo que nos gusta a nosotros es lo que le gusta a Dios para nuestras vidas. Pero lo que él quiere siempre es lo mejor. Necesitamos aprender a escuchar a Dios para aceptar lo que él nos da. Su gracia está por encima de cualquier circunstancia. El himnólogo lo dijo así: “Su gracia es mayor si las cargas aumentan, su gracia es mayor si la vida es más cruel…” Dios no sólo ha cambiado nuestra vida, sino que nos ha dado recursos para vivir y servirle como él quiere. Reflexione sobre su vida: ¿Además de la salvación, cuáles son algunas cosas que el Señor le ha dado? Tal vez tiene una familia hermosa, un buen trabajo, etc. Escriba unos co-mentarios al respecto. ¿Cuáles son algunos dones que el Señor le ha dado para servirle en la iglesia? Escriba unos comentarios al respecto.

La actitud del cristiano ante las tentaciones (Santiago 1.12-18)

Un resumen de Santiago 1:12-18

El texto de Santiago 1:12-18 se divide en tres breves párrafos: vv. 12, 13-15 y 16-18. En el pri-mero (v. 12) se presenta el tema de todo el texto y habla de la dicha (felicidad) de la persona que sale victorioso ante las tentaciones. Incluye una razón por la cual la persona es dichosa: recibirá la corona de la vida que Dios ha prometido a quienes lo aman. El segundo párrafo (vv. 13-15) plantea una supuesta acusación contra Dios, para culparlo de las tentaciones. Allí mismo se presenta una razón por la cual eso no puede ser la verdad: Dios no puede ser tentado por el mal, ni tampoco tienta él a nadie. Como un contraste, se incluye otra razón por la cual Dios no puede ser la fuente de las tentaciones. Ahora no se trata de la naturaleza de Dios, sino de la frágil naturaleza humana que es la verdadera fuente del problema: cada uno es tentado cuando sus propios malos deseos lo arrastran y seducen. El tercer párrafo (vv. 16-18) habla acerca de las obras de Dios y añade dos razones más por las cuales él no puede ser la fuente de las ten-taciones. Por una parte dice que todo lo bueno y perfecto viene de Dios y por la otra afirma que mediante su Palabra Dios nos ha hecho nacer de nuevo y nos tiene en alta estima.

El tema de Santiago 1:12-18

La tentación es algo verdaderamente serio, es el deseo de hacer lo que no es correcto. Normal-mente las personas no asumen su responsabilidad cuando son dominados por tal deseo. Aparen-temente los lectores de Santiago habían tomado este asunto con mucha liviandad, al punto que acusaban a Dios de ser el culpable de las cosas malas que ellos hacían. Santiago le sale al paso a este horrible pensamiento y presenta sus razones por las cuales no es posible que Dios sea el origen de las tentaciones. La naturaleza misma de Dios no deja lugar para esta posibilidad, ya que Dios no es tentado por el mal, y él no tienta a nadie (v. 13), también está el hecho que las acciones de Dios de dar dones a los hombres se contraponen a la posibilidad de que él los induz-ca a hacer lo malo, pues toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto... (v. 17). En verdad, la experiencia cristiana de haber recibido la gracia del Señor coloca al creyente en una posición de privilegios con Dios que lo hace incompatible con lo malo, ya que él nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que fuéramos como primicias de sus criaturas (v. 18).

¿Cuál es el contexto de Santiago 1:12-18?

Hemos dicho que Santiago 1:2-27 constituye la primera sección del libro y que se divide en tres partes: Los vv. 2-11 enseñan que el cristiano debe asumir una actitud positiva frente a las pruebas; los vv. 12-18 enseñan que se debe tener una actitud correcta ante las tentaciones y los vv. 19-27 enseñan que a través de nuestro comportamiento diario debe ser evidente que obedecemos la Palabra de Dios, aún en medio de las situaciones difíciles.
En toda la sección, Santiago exhorta a sus destinatarios respecto a las actitudes correctas que debían asumir frente a las diversas pruebas. Las dos primeras partes (vv. 2-11 y 12-18) están estrechamente relacionadas. Las dos son como las dos caras de una misma moneda. Los vv. 2-11 hablan de diversas pruebas en las cuales muchas veces se encuentra el creyente y en los vv. 12-18 también habla de pruebas, pero ahora con una connotación un poco diferente. En el primer caso se refiere a pruebas externas, mientras que en el segundo se refiere a pruebas internas que se manifiestan en los deseos de hacer lo malo.
¿Cómo está estructurado el texto de Santiago 1:12-18?

Debido a su contenido, tiene sentido dividir el texto en tres partes: el v. 12 expresa el tema en términos generales y los vv. 13-18 lo desarrollan mediante dos ideas básicas referentes al origen de las tentaciones y al propósito de Dios con sus hijos. ¿Qué dice Santiago a sus lectores?:

1. Los que se mantenían firmes en medio de las pruebas (deseos malos) eran felices (v. 12)

2. No debían pensar que las tentaciones provenían de Dios (v. 13a)
3. Era imposible que Dios tuviera algo que ver con las tentaciones que se les presentaran (v. 13b)
- Dios no puede ser tentado por el mal.
- Dios no tienta a nadie.

4. Los deseos personales eran los responsables de las tentaciones (v. 14) (La tentación a hacer algo malo provenía de la naturaleza humana)
5. La naturaleza humana normalmente producía una cadena de eventos contrarios a los deseos de Dios (v. 15)
- Primero, el deseo de hacer algo que no era bueno,
- Segundo, el acto de hacer eso que se deseaba (lo malo)
- Tercero, la consecuencia de hacer lo malo (pecado). La consecuencia es la muerte!!

6. No debían dejarse engañar respecto a la fuente de las tentaciones (v. 16)
7. Todas las cosas buenas venían de Dios, quien no cambiaba (v. 17)
8. Dios, quien les había dado salvación mediante su Palabra, les amaba mucho (v. 18)

Santiago 1:12-18 tiene tres breves párrafos, pero trata un solo tema. Entonces, es necesario redactar una declaración que incluya los tres y exprese la afirmación central de todo el texto. Bien puede ser algo como esto: Los destinatarios de Santiago debían mantener una actitud correcta ante las tentaciones.

Todas las afirmaciones del texto pueden agruparse en el siguiente bosquejo:

Los cristianos debían mantener una actitud correcta ante las tentaciones.

1. Los cristianos debían mantenerse firmes en su fe ante las tentaciones (v. 12)
1.1. Los que se mantenían firmes en medio de las pruebas (deseos malos) eran felices (v. 12a)
1.2. Los que resistían las pruebas recibían recompensa (v. 12b) (La corona de vida)
2. Los cristianos debían saber que los deseos internos eran los responsables de las tenta-ciones (v. 14) (La tentación a hacer lo malo no provenía de Dios, sino de la naturaleza huma-na)
2.1. No debían pensar que las tentaciones provenían de Dios (v. 13a)
2.2. Era imposible que Dios tuviera algo que ver con las tentaciones que se les presentaran (v. 13b)
- Dios no podía ser tentado por el mal
- Dios no tentaba a nadie
2.3. La naturaleza humana normalmente producía una cadena de eventos contrarios a los deseos de Dios (v. 15)
- Primero, el deseo de hacer algo que no era bueno,
- Segundo, el acto de hacer eso que se deseaba (lo malo)
- Tercero, la consecuencia de hacer lo malo (pecado). La consecuencia es la muerte.
3. Los cristianos debían saber que de Dios sólo vendría lo bueno para ellos (vv. 16-18)
3.1. No debían dejarse engañar respecto a la fuente de las tentaciones) (vv. 16.
3.2. Todas las cosas buenas venían de Dios, quien no cambia (v. 17)
3.3. Dios, quien les había dado salvación mediante su Palabra, les amaba mucho (v. 18)

¿Cuáles asuntos se presentan en Santiago 1:12-18?

1. El v. 12 presenta el tema del texto. El argumento se puede resumir de esta manera: los cristianos debían luchar para mantenerse firmes en la fe ante las tentaciones, porque Dios les daría la vida como recompensa. Los versículos siguientes desarrollan esta propuesta.
2. Los vv. 13-15 indican que los cristianos debían reconocer que su naturaleza pecaminosa, y no Dios, era quien daba origen a las tentaciones. Por una parte, la naturaleza de Dios hacía imposible que las tentaciones tuvieran origen en Él; y por la otra, la naturaleza humana pecaminosa, evidenciaba que allí estaba el origen de las tentaciones. Por lo tanto, para enfrentar con éxito las tentaciones era necesario tener un concepto correcto respecto a su origen.
3. Los vv. 16-18 indican que de Dios sólo puede salir lo bueno para sus hijos, pues los ha hecho nacer de nuevo por la Palabra para tenerlos en alta estima. No había razón para que se dejaran engañar por falsas presuposiciones. Por lo tanto, para enfrentar con éxito las tentaciones era necesario darse cuenta que Dios les había dado todo lo necesario para lograrlo.

¿Cómo se desarrollan estos conceptos en Santiago 1:12-18?

El v. 12 presenta el tema del texto: las tentaciones. Santiago no dice en qué consistían estas tentaciones, pero seguramente estaba pensando en asuntos que se desprendían de las situaciones difíciles que habla en los versículos anteriores. Tal vez la pregunta clave era: ¿Qué actitud debían asumir ante esas situaciones difíciles? ¿Cómo debían actuar? La tentación latente era hacer lo malo para salir de ellas. Y esto es precisamente lo que Santiago quería evitar. Por eso, los exhortó para que tuvieran una actitud correcta ante las tentaciones, pues esto era un paso importante en el proceso de vencerlas. Lo que es bastante claro es que Santiago elogia a la persona que sale victoriosa de las tentaciones y le da un mensaje de esperanza verdaderamente alentador. Dice que el que soporta la prueba es bienaventurado, porque una vez que haya sido probado recibirá la corona de vida, que el Señor ha prometido a todos los que lo aman. El cristiano debe tener presente que la obediencia a lo que Dios exige es lo que le da verdadero significado a la vida.
En medio de las situaciones difíciles es relativamente fácil tomar un camino equivocado, que al final se manifiesta en miseria y dolor. Pero el que sale aprobado (el que vence) es feliz, porque en lugar de miseria y dolor, tiene alegría y bienestar. La corona de vida de la que habla el texto no parece referirse a la vida eterna, sino a la vida abundante en Jesucristo ahora mismo. Santiago dice que esta corona le pertenece a los que perseveran bajo la prueba (RVA), es decir, a los que no ceden a la tentación de hacer lo malo. Por lo tanto, debían luchar para man-tenerse firmes ante las tentaciones. Con esto en mente, en los próximos versículos Santiago reta a sus lectores para que siguieran el camino correcto.
En los vv. 13-15 Santiago enseña que para enfrentar con éxito las tentaciones era nece-sario tener un concepto correcto respecto a su origen. Estos versículos contienen esen-cialmente dos asuntos: El primero (v. 13) refleja una desesperada y osada acusación de las personas, con el fin de justificarse a sí mismas; a la vez, deja expresa la naturaleza de Dios que lo hace incompatible con el mal. El segundo asunto que se plantea (vv. 14, 15) es una aterradora descripción de la triste realidad humana, víctima de sus malos deseos.
El v. 13 habla de una percepción equivocada respecto a la fuente de las tentaciones. Algunos creyentes, al parecer, le echaban la culpa a Dios de ser el autor o motivador de sus tentaciones y decían: Soy tentado por Dios. La respuesta de Santiago es que Dios y el mal son incompati-bles: Dios no es tentado por el mal. Por lo tanto, la acusación era falsa. La naturaleza de Dios no le permitía ser tentado ni tentar a quienes creó a su imagen y semejanza. Dios sí permite que en nuestra vida ocurran circunstancias (pruebas) que nos ayudan a madurar en nuestra fe, como ya se ha expresado en los vv. 3, 4, 5; pero de ninguna manera esto es alimentar la ten-tación.
Los vv. 14 y 15 hablan de la tragedia humana que induce a la persona a obedecer a sus bajas pasiones. El v. 14 muestra la absoluta culpabilidad humana al ceder a la tentación y en el v. 15 añade las horribles consecuencias de ser atrapados por ella. Estos versículos presentan de una manera dramática la evolución del pecado, que comienza con el deseo del corazón y se convierte en la acción de su pasión humana. El problema no está afuera, sino adentro de la persona; por eso, cada uno es tentado cuando es arrastrado y seducido por su propia pasión. ¡No hay lugar para echar la culpa sobre las demás personas por nuestras malas acciones!
El v. 15 presenta una trágica cadena cuyo primer eslabón es los malos deseos y el último es la muerte. Luego, cuando el deseo ha concebido, engendra el pecado; y el pecado, una vez que ha sido consumado, da a luz la muerte. Trágicamente, hay un desenlace fatal para quien se deja arrastrar por la tentación y no controla sus deseos malos. La línea de desencadenamiento es: malos deseos-tentación-pecado-muerte. Una vez que se pone en juego el mecanismo de la tentación, la persona deja que sus deseos sean llevados a la satisfacción. El pecado ocurre, precisamente, cuando permitimos que el mal (disfrazado atractivamente) nos cautive y arrastre hacia la satisfacción de nuestros deseos: y el pecado una vez llevado a cabo, da a luz la muerte. La paga del pecado siempre es la muerte. En la realidad cotidiana no necesariamente es la muerte física, pero sí lo es de carácter espiritual, moral, social, etc.
Los vv. 16-18 Santiago les dice a sus lectores que para enfrentar con éxito las tentaciones debían darse cuenta que Dios les había dado todo lo necesario para que pudieran lograrlo. El texto presenta básicamente dos asuntos. El primero tiene que ver con las dádivas y los dones de Dios para el bien de los creyentes (vv. 16, 17); y segundo se refiere el nuevo nacimiento que ha operado Dios en el cristiano a través de su Palabra, que lo hace algo especial (v. 18).
Los vv. 16 y 17 indican que las cosas buenas provienen de Dios. Es claro que el problema de las tentaciones radica en el corazón del ser humano dominado por sus malos deseos (v. 14). Los lectores originales de Santiago debían reconocer que Dios les había dado lo necesario para que enfrentaran con éxito las tentaciones. El v. 17 habla de buenas dádivas y dones perfectos que provienen de Dios. Con esto, Santiago afirma que tenemos recursos que provienen de Dios para luchar contra la tentación (comp. Santiago 1:5).
Santiago no sólo hace hincapié en que Dios es fuente de todo lo bueno, sino que, por su propia voluntad, él nos engendró y ahora somos una nueva creación (v. 18). La expresión él nos hizo nacer por la palabra de verdad, se refiere a la Palabra de Dios que tiene poder transfor-mador. Ahora, como personas nuevas, con una nueva naturaleza, somos capaces de hacerle frente a las diversas tentaciones. Por cuanto somos hijos de Dios, él nunca nos incitaría a hacer algo malo, como al parecer pretendían algunos creyentes lectores originales de Santiago.

¿Cuáles son unos principios que se derivan de Santiago 1:12-18?

De Santiago 1:12-18 se derivan tres principios muy importantes.

1. Tenemos el compromiso de luchar para mantenernos firmes en la fe ante. Hoy como ayer, la tentación sigue viva en el ser humano. El hecho de ser cristianos no es un antídoto con-tra las tentaciones, más bien es un factor fuerte para que éstas se presenten. Tal vez hoy el conflicto es aun mayor hoy, debido a la sociedad tan permisiva en la cual vivimos. Desde que renunciamos a la vida mundana para seguir a Jesucristo, los conflictos que tenemos para hacer lo que Dios exige y renunciar a nuestros propios deseos se acrecientan. Nuestra pasada manera de vivir con frecuencia se asoma a la puerta de nuestra voluntad para invitarnos a satisfacer sus deseos. Pero mediante un acto de voluntad y por el poder Dios, el cristiano asume la actitud correcta frente a las tentaciones cuando se mantiene firme en lo que ha recibido del Señor.
2. Para enfrentar con éxito las tentaciones debemos tener un concepto correcto de su origen. No debemos echar la culpa de nuestros actos sobre otra persona. Como verdaderos cristianos, debemos asumir la responsabilidad personal de nuestros actos. Este es un paso fundamental para enfrentar con éxito los problemas en la vida. ¡Nuestro mayor enemigo somos nosotros mismos! El planteamiento de Santiago es muy actual, tanto desde la perspectiva de Dios como de la humana. Las personas insisten en que no son culpables, pero Dios dice lo con-trario; el ser humano es culpable de sus actos. En la búsqueda de culpables, el ser humano echa la culpa sobre Dios, el prójimo, las circunstancias, o sencillamente se escuda en: “es mi manera de ser”, “son mis sentimientos”, etc. No es extraño oír el concepto de que me comporto así por causa de mi pasado, hay traumas ocultos, me criaron así, la cultura en la cual me he formado, las injusticias sociales me afectan, mis sentimientos, etc. En fin, –argumentan las personas–, yo no tengo la culpa de ser como soy. Frente a Dios todos estos argumentos se desvanecen. Dios dice que el ser humano es culpable y debe asumir la responsabilidad de sus actos. No hay otro camino para la liberación que no pase por la confesión de nuestros pecados, apartarnos de ellos y seguir a Jesucristo como el Señor de nuestra vida.
3. Para enfrentar con éxito las tentaciones debemos reconocer que Dios nos ha dado los recursos para lograrlo. Dios no solamente nos ha dado cosas buenas, sino que nos ha hecho nacer nuevo y ahora somos sus hijos a quienes ama profundamente. Los lectores originales de Santiago debían reconocer que Dios les había dado lo necesario para que enfrentaran con éxito las tentaciones. Esto no era una necesidad sólo para los lectores de Santiago, lo es para todos los cristianos de todos los tiempos. Dios nos ha dado los recursos necesarios. Dios nos ha dado una nueva naturaleza. Tenemos el Espíritu Santo y tenemos la Palabra de Dios que nos exhorta y nos guía por el camino correcto. Es nuestro deber tomar conciencia de esta realidad y apropiárnosla.

¿Cómo pueden aplicarse estos principios de Santiago 1:12-18?

1. Santiago enseña que debemos tener una actitud correcta ante las tentaciones. Esa actitud no debe ser pasiva, sino activa. Por lo tanto, debemos luchar para mantenernos firmes en la fe ante las tentaciones. Santiago dice que la persona que sale triunfante de las tentaciones es feliz, por cuanto tiene como premio la vida. Seguramente estaba pensando en esa vida de la cual habló Cristo en Juan 10:10. Esto indica que quien sea dominado por la tentación a hacer lo malo, tendrá como consecuencia la infelicidad en su vida. Por eso, es necesario luchar para vencer. Una persona dice mentiras por muchas razones: dice mentiras para salir de un apuro. ¡Y cuántos apuros se le presentan a diario! Cuando se le confronta sobre esto dice: “Bueno, yo soy así”, ¿y qué iba a hacer?, o “todo el mundo lo hace”, etc. Esta persona no está haciendo ningún esfuerzo para vencer el problema. Otra persona cede a la tentación de tomar algo que no le pertenece. Al momento tal vez siente algo de felicidad, pero ¿qué ocurre el día que lo descubren? Otra, tal vez, se comporta de manera grosera con su hermano. Al principio parece sentirse aceptado por los demás, pero después se siente culpable. No soportó la tentación y por eso no es feliz. Reflexione sobre su propio comportamiento. ¿Cuáles son algunas tentaciones que usted tiene con cierta frecuencia? ¿Qué puede hacer para no ceder a ellas?
2. Santiago nos enseña que para enfrentar con éxito las tentaciones es necesario tener un concepto correcto de su origen. Cuando Santiago escribió esta carta, algunas personas le echaban la culpa a Dios. Pero Santiago enseña que el ser humano es atraído a lo malo por sus propios deseos, de modo que él mismo y no otro es responsable de sus acciones. La figura empleada por Santiago es muy sugestiva y se parece al pez que es atrapado por un anzuelo al cual se le ha colocado una atractiva y apetitosa carnada. La carnada oculta al mortal anzuelo, pero el pez no piensa en ello sino en el atractivo bocado; lo mueve su deseo de comer. Así su-cede con la persona que es atrapada por sus malos deseos. Reflexione sobre su vida: ¿Piense en esa última ocasión cuando usted echó la culpa sobre otro por lo que usted hizo? Evalúe de nuevo este asunto: ¿Cuán culpable fue usted realmente? Claro, usted tal vez dice que fue gro-sero con su hermano, porque él lo ofendió. Bien, ¿podía usted recurrir a la tolerancia y al perdón de su hermano? Para reflexionar más sobre el asunto piense en estas peguntas: ¿Por qué se comporta usted de cierta y determinadas maneras? ¿Por causa de los demás, o por causa de usted mismo? Aquí está la tragedia humana: La naturaleza pecaminosa lo inclina a no reconocer sus errores; por eso, no vacila a la hora de echarle la culpa otro en su afán de traer alivio a su conciencia. La antigua costumbre de echar la culpa de las malas acciones sobre otras personas, todavía gobierna el pensamiento del ser humano contemporáneo. De manera más astuta, el ser humano de hoy ha eliminado los valores espirituales y, engañándose a sí mismo, deja de ser culpable. Según la manera de pensar hoy, cada individuo tiene su propia verdad y debe vivir su propia realidad. En última instancia, Dios no tiene que meterse en mi vida. ¡Qué terrible conclusión la que ha encadenado a los seres humanos de hoy. Pero todavía Dios dice que somos responsables de nuestros actos. Reflexione sobre su vida: ¿Cuándo fue la última vez que usted hizo algo malo y asumió su responsabilidad? ¿Cómo se sintió de haber asumido su res-ponsabilidad?
3. Santiago enseña que para enfrentar con éxito las tentaciones debemos aceptar que Dios nos ha dado lo necesario para lograrlo. Cuando las cosas se oscurecen por las situacio-nes difíciles de la vida, es hora de poner delante lo que Dios ha hecho en nosotros, por nosotros y con nosotros. Tenemos recursos a nuestra disposición: los consejos de la Palabra de Dios, el apoyo de nuestros hermanos y nuestra capacidad racional para tomar decisiones sabias. Por una parte, Dios ha dado su Espíritu que habita en nosotros y él puede ayudarnos en nuestras debilidades si le permitimos hacerlo. Cuando esté ante una tentación, piense en el Espíritu Santo que está en usted. ¿Invitaría usted al Espíritu Santo para que haga lo malo con usted? Escriba un comentario sobre su respuesta a esta pregunta. Por otra parte, Dios nos ha dado dones para edificación de los demás. Cuando en su mente venga el pensamiento a hacer ciertas cosas malas, recurra a los dones que el Señor le ha dado para ministrar a otros. En otras palabras, piense en algo bueno que pudiera hacer de modo que pueda ocupar su mente y su cuerpo en cosas buenas. Reflexione sobre esto y escriba un breve comentario al respecto.